Quedan cortas las palabras para expresar lo que siento, pero podría comenzar por definir esta experiencia como uno de los mayores premios que Dios y la vida me han dado  ¿Por qué? Pues he aprendido que arriesgarse vale la pena, que los miedos existen pero el pensamiento mal alimentando por la inseguridad y la condena de nunca mejorar, no me hubiesen permitido decir con fuerte emoción hoy día “lo logré, estoy aquí”, esto no lo cambio por  la duda de un  “¿y si lo hubiese hecho?”.

 

Compartir con otras culturas, conocer sus tradiciones, adaptarse a los cambios, relacionarse con otras personas, adquirir conocimientos nuevos y aprender a valorar más  lo que se tiene como familia y amigos, hace que se forje un profesional con la capacidad de aplicar sus conocimientos de la mejor manera, siendo una persona perseverante  y cultivando la disciplina.

 

Agradezco a todos quienes influyeron para estar acá: el profesor Pedro Lobato, mi Director de Programa Ing. Edward Monroy y a la Directora de la ORI, Ing. Martha Cecilia Guarnizo. Estoy feliz de haber tomado esta decisión  y lo volvería a hacer mil veces más porque despreciar una oportunidad como de CONCURSAR  y luego GANAR LA BECA ALIANZA PACÍFICO, es un pecado.