Bolivia, en tanto que Estado surgido del progresivo deterioro del colonialismo español, guarda en su propio nombre referencia a dicho proceso histórico, concretamente, a la presencia de Simón Bolívar, el héroe que hizo posible su Independencia de la cultura andina, territorio del esplendoroso imperio incaico y país que rompió radicalmente con la dependencia de la metrópoli ibérica en el subcontinente latinoamericano, su evolución histórica resulta muy significativa para entender los primeros tiempos de los Estados sudamericanos.

Nueva Toledo fue el nombre que substituyó a la antigua denominación de Collasuyo, que era una de las cuatro divisiones territoriales del Imperio de los Incas. La gobernación de Nueva Toledo fue adjudicada a Diego de Almagro, uno de los dos grandes socios que tuvo la conquista del Perú. Comprendía básicamente los actuales territorios de Bolivia y Chile. El otro socio, Francisco Pizarro, recibió como recompensa la gobernación de Nueva Castilla. Las dos gobernaciones fueron divididas por una línea muy confusa que pasaba cerca de la ciudad del Cuzco.

Nunca se supo con exactitud a cuál de las dos gobernaciones correspondía esa ciudad y esa confusión daría lugar a la primera guerra civil entre pizarrista y almagristas.

Derrotado Diego de Almagro en la batalla de Chupas (1538), el nombre de su gobernación fue desapareciendo hasta que, literalmente, fue borrada del mapa.

Posteriormente, de una manera muy generalizada, nuestro territorio fue conocido por el nombre de provincias Altas del Perú y también por el de Charcas. Este último nombre también fue usado para identificar a la Audiencia de la Plata.

Cuando Charcas pasó a depender del recién creado Virreinato del Río de la Plata (1776), como para borrar la antigua dependencia al Virreinato de Lima, el nombre más usual fue el de Alto Perú. Gabriel René Moreno empleó en sus obras casi sin falta el nombre de Alto Perú. Para muchos historiadores actuales el nombre colonial correcto es Charcas, pero sucede que, fuera de Bolivia el nombre esta escasamente difundido y es una denominación con la cual es difícil identificar a la antigua colonia.

Al sancionarse la independencia de Bolivia, los miembros de la Asamblea Constituyente de 1825 tuvieron la inspiración de llamar a la República con el nombre del Libertador, Bolivia.

El Himno Nacional de Bolivia fue estrenado el 18 de noviembre de 1845 en la ciudad de La Paz, frente al Palacio de Gobierno. A las 12 del día, 90 instrumentistas pertenecientes a las bandas militares de los batallones quinto, sexto y octavo, hacen escuchar por primera vez los vibrantes acordes de la “Canción Patriótica”, que así se llamó al estrenarse.

Ese día se festejaba el cuarto aniversario de la Batalla de Ingavi con varios actos de magnitud extraordinaria, entre los que se destacaban la apertura del Teatro Municipal y el estreno del Himno Nacional. En la noche, ante el público congregado en el nuevo Teatro, el Dr. Sanjinés explicaba sobre la letra de la Canción Patriotica que es interpretada por un coro de ocho voces con el acompañamiento de una orquesta dirigida por Benedetto Vincenti. Las exclamaciones de júbilo premiaron a la brillante actuación coral; el público, los personeros del gobierno, el mismo héroe de la batalla de Ingavi, Presidente José Ballivián; felicitaron ardientemente a los autores del Himno Nacional.

Letra del Himno Nacional Boliviano

Bolivianos el hado propicio,
coronó nuestros votos y anhelo
es ya libre, ya libre, este suelo,
ya cesó su servil condición.
Al estruendo marcial que ayer fuera
al clamor de la guerra horrorosa
siguen hoy en contraste armonioso
dulces himnos de paz y de unión.
siguen hoy en contraste armonioso
dulces himnos de paz y de unión
De la patria, el alto nombre,
englorioso esplendor conservemos
y en sus aras, de nuevo juremos
morir antes que esclavos vivir
morir antes que esclavos vivir
morir antes que esclavos vivir